Cenar en la Torre Eifffel, una gran tentación.

París, ha sido, desde hace siglos, una de las ciudades más refinadas de toda Europa.

Ya sea, por su gastronomía de primer nivel, sus casas de alta costura, o por ser el centro de la perfumería mundial, esta ciudad, bautizada como “La Ciudad Luz”, es centro turístico privilegiado, donde el glamour está siempre presente.

Sin dudas, una de las construcciones arquitectónicas destacables de la ciudad es la maravillosa Torre Eiffel. Esta edificación es una estructura de hierro, de 300 metros de altura diseñada por Gustav Eiffel, ingeniero de origen francés.

Localizada a orillas del Río Sena, este monumento es uno de los puntos más visitados por los turistas, quienes disfrutan de subir cada uno de sus pisos, apreciando la exclusiva vista panorámica de toda París.

Asimismo, la torre se ha vuelto el símbolo de la gastronomía francesa. Pues allí se han establecido dos lujosos restaurantes: “Altitude 95” y “Jules Verne”.

“Altitude 95”, está localizado en el primer piso de la construcción. Su nombre alude a la altura exacta en la que está ubicado: a 95 metros del nivel del mar. Se accede a sus instalaciones, mediante un gran ascensor panorámico, fabricado en cristales transparentes, que transforman un simple ascenso, en una experiencia extraordinaria.

Este restaurante, con capacidad para 200 comensales, está especializado en la gastronomía francesa. Sus platos más famosos son: los realizado con frutos del mar, los asados y especialmente el “Andouille de Guemené” francés, realizado con grasa y carne de cerdo ahumada y condimentada. El costo de cada plato es de aproximadamente 60 dólares.

Por otra parte, “Jules Verne”, la otra opción gastronómica de la Torre Eiffel, es catalogado como uno de los mejores restaurantes del país.

Poseedor de una estrella Michelín, este establecimiento cuenta con ascensor privado, que permite acceder al segundo piso (donde se encuentran sus instalaciones) de forma veloz, evitando las filas de personas que esperan para subir a la torre.

Especializado en la cocina francesa tradicional, ofrece un menú amplio, en el cual se destaca la especialidad de la casa: “Langosta francesa”, acompañada de ensalada de manzanas silvestres. En cuanto a las bebidas, “Julio Verne”, posee una extraordinaria cava de vinos finos. El precio de una cena completa es 300 dólares.

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