Nos vamos de tapas por Aranda de Duero

No existe mejor costumbre española que la cultura del tapeo, tanto a mediodía como a media tarde. En Aranda, una de las mayores poblaciones de la Ribera del Duero, existe un gran número de mesones y restaurantes afines a esta tradición que,  además de una buena mesa, ofrecen a los amantes del enoturismo buenas tapas y raciones.

En las principales calles y plazas del casco histórico solo tienes que dejarte llevar por los encantos de los productos más representativos de la zona, además, durante el mes de Marzo, se organiza el concurso comarcal de tapas, dotado de un gran éxito por la tradición y la fama de sus deliciosos bocados.

Puede que muchos de nuestros amigos sibaritas ya conozcan el enoturismo pero ¿Qué es exactamente? Podríamos resumirlo en dos aspectos:

– Visitar una zona vitivinícola con finalidades de ocio.

– El disfrute de todas aquellas actividades y recursos turísticos y de ocio y tiempo libre relacionados con las culturas, materiales e inmateriales, del vino y gastronomía autóctona de sus territorios.

Ahora que tenemos la definición seguro que todavía es más apetecible. Además del obvio disfrute que supone hacer enoturismo, éste dispone de las siguientes características:

Fomenta el incremento de la actividad turística en el territorio.

– Genera una nueva vía de ingresos complementaria para los productores vitivinícolas.

– Mejora del entorno y de las infraestructuras.

– Mejora de la imagen del vino como producto.

– Diversificación desestacionalización del turismo.

El Enoturismo va mucho más allá que una visita a una bodega. Es un amplio conjunto de servicios integrados por y para el usuario, en una oferta orientada a la innovación, la originalidad, la diversificación, el desarrollo del territorio y, sobre todo, buscando la calidad frente a la multitud.

Y hoy, hemos elegido la Ruta del Vino Ribera del Duero  para disfrutar de todos estos aspectos. Entre las principales actividades de esta Ruta del Vino Ribera del Duero  destacan las visitas a los pueblos y las bodegas, lo que implica visitas de museos y exposiciones, visitas de monumentos, compra de vino, catas de vino y disfrute de la gastronomía local. Es un valor añadido la hospitalidad de los sitios, la profesionalidad del servicio, la calidad en los recursos turísticos, la accesibilidad a la información, la flexibilidad horaria y por supuesto la relación calidad-precio de la zona.

Esta Ruta tan única y valorada, con todas estas cualidades, es nuestra recomendación para hoy, solo tenéis que atreveros a descubrir un mundo lleno de cultura, texturas y sabores, preparado para ser descubierto por aquellas personas que disfrutan con el mejor vino y los mejores productos alimenticios.

¿Estáis listos?

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