Cuando uno de mis amigos regresó de un viaje a China, me comentó que lo más sorprendente para él fue el urbanismo y la arquitectura, sin tomar en cuenta la diferencia de costumbres entre Oriente y Occidente. Ahora que miro las fotografías de las torres Raffles City, cuyo funcionamiento se proyecta hacia el 2012, recuerdo sus descripciones y más o menos entiendo a qué se refería.
Estas torres están planeadas para un uso mixto: lo mismo albergarán un centro comercial que un hotel de cinco estrellas y un complejo de departamentos. Su ubicación, cerca del río Qiangtan en Hangzhou, les confiere un atractivo adicional. Estamos hablando de más de 300 metros cuadrados donde la estética exterior, estoy segura, habrá de proyectarse hacia los espacios internos. El diseño de espiral las convertirá en un punto de referencia, un distintivo, ¿no creen? Y es que, al construirlas, los arquitectos y urbanistas se proponen llamar la atención de turistas y visitantes.
Podría parecer que el giro espiral del diseño responde únicamente a un capricho visual, pero no es así: los arquitectos responsables intentan crear un concepto a partir de este detalle. Las ventanas, por medio de este recurso, ofrecen a quien observa desde el interior, lo mismo una vista hacia el entorno natural que hacia el urbano. Como era de esperarse, los materiales usados fueron totalmente amigables con el ecosistema.