La calidad de los audífonos Bose se reviste de fulgores. La marca de equipos de sonido, en conjunción con Hohenthaner, empresa especializada en resplandecientes diseños, lanza una línea de audífonos cuyas bocinas individuales están cubiertas de cristales Swarovski.
Los cristales están engarzados a mano y son más de mil. Son siete las presentaciones, en siete colores distintos: rojo, amarillo, rosa, ¿de qué color quieres pintar ostentosamente tu experiencia sonora?
Si los audífonos no estuvieran forrados de cristales finos, su precio sería de 140 dólares, pero el brillo y el color de Swarovski tienen un renombre y el renombre cuesta, así que, si quieres un accesorio sonoro como éste, tendrás que pagar 409 dólares (lo cual no es tanto si consideramos que hay excentricidades mucho más costosas).
¿Quién se compra unos auriculares Bose como éstos? Yo creo que van más bien dirigidos a los diyeis, porque no creo que valga la pena una inversión de más de 400 dólares para escuchar música en la tranquilidad del hogar. Lo que veo con éste y otros productos es que el afán por brillar a toda costa, incluso cuando no es necesario, no tiene límites. Cada vez que leo Swarovski en un titular me preparo para el derroche de mal gusto que está por aparecerse. En fin, habrá compradores para todo.
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