El Bugatti Veyron se ha ganado un lugar en la historia del automovilismo como un clásico indiscutible. A últimas fechas, las ediciones especiales de este auto no se han hecho esperar. Algún afortunado en Kuwait posee una versión que ostenta el oro como material vistoso en la carrocería y, esta vez, vengo a presentarles una segunda versión que echa mano del metal precioso.
El coche que ven en la fotografía, mejor conocido como Gold Bugatti Veyron, participa en el Gumball Rally de este año. Fue captado antes de que las insignias propias de la carrera fueran colocadas sobre sus superficies. La competencia comenzó el día primero de este mes y terminará el día 8. Constará de tres mil millas de costa a costa (de Los Ángeles a Miami).
Además del aspecto deslumbrante del auto, que bien pudo haber sido tocado por el rey Midas, la potencia que ofrece al conductor es digna de ser mencionada. Puede alcanzar velocidades superiores a los 400 kilómetros por hora, si es que el piloto se encuentra con un camino en que esa velocidad sea pertinente.
¿Cuánto cuesta? Casi dos millones de dólares. ¿Quién tendrá el privilegio de conducirlo? A mí me parece demasiado.