Las pasarelas de Versace figuran entre mis favoritas. No sólo amo las prendas femeninas sino que me complazco de lo lindo viendo la moda para hombre. Esta vez el desfile ocurrió en el Teatro Versace de Milán. La colección primavera verano para ellos mostró una atractiva inspiración en los legionarios, los soldados y la estética del norte de África.
Las reminiscencias africanas, las prendas de safari, se han dejado ver en los escaparates de la moda desde el año pasado, pero esta vez llegan con verdadera fuerza. Los diseñadores más notables han estado valiéndose del recurso y la línea de Versace es la mejor de las muestras.
La selección de prendas reproduce el aspecto de aquellos legionarios coloniales, pero con un claro rechazo a la rigidez (lo cual se traduce en túnicas desabrochadas, prendas holgadas, volúmenes, tonos claros). La cultura Tuareg está presente en las indumentarias: telas luminosas, estampados, texturas con caída.
Algodón, lino, mezclas de seda y muselina son los materiales protagonistas. Las chaquetas vienen con hombreras naturales. Las camisetas son evocadoras y sensuales y los trajes acuden al corte clásico. Una colección memorable.