Existen máquinas expendedoras de infinidad de artículos necesarios, prescindibles y hasta absurdos. En Japón, por ejemplo, hay de todo: sopas, condones, ropa interior, artículos de higiene personal, juguetes, golosinas y un casi interminable etcétera. ¿Alguien de ustedes había considerado la posibilidad de que el oro pudiera venderse en una máquina expendedora? Yo no.
La medida se llevará a cabo en Alemania principalmente, pero también en Austria y Suiza. Y es que de acuerdo con Thomas Geissler, ejecutivo de la empresa responsable, todos deberíamos tener un pequeño porcentaje de nuestro dinero en oro. He oído la recomendación varias veces, pero verdaderamente no le encuentro utilidad práctica (creo que vale mucho más la pena invertir en bienes raíces y en propiedades sujetas a demanda).
El asunto es que la compañía planea instalar, en los países mencionados, 500 máquinas de este tipo (a las que incluso califica de «cajeros automáticos»). Se dice que el oro atraviesa por un período de demanda debido a la crisis global y la empresa se propone un negocio sin precedentes.
Para ser franca, no termino de entender cómo es que éste será un negocio exitoso, pero estoy segura de que sus inversionistas sí lo hacen, y con eso es más que suficiente.
Vía: El Blog Salmón