Karl Lagerfeld vuelve a sorprendernos con su lujo útil y anti bling bling con la colección otoño invierno 2009-2010 de Chanel. Las joyas y los bordados recargados, los brillos excesivos, el oropel en grandes cantidades serán desterrados según el alma artística de la marca.
Después de una inmaculada colección verano 2009, caracterizada por el blanco, Lagerfeld se pronuncia por un invierno donde se podrá prescindir del lujo inútil (dentro de lo que cabe, pues estamos ante una firma que siempre será lujosa, aunque en general es más sobria que otras).
En una pasarela con pequeñas habitaciones consecutivas, con paredes blancas, las modelos entraban y salían, acompañadas de chicos que vestían a juego. La apuesta, esta vez, fue por el negro, el rosa, el verde. Hubo espacio para el tradicional tweed.
La pasarela mostró delicados adornos, accesorios de volantes, texturas plisadas, estampados de flores o prendas deshilachadas y materiales como el tul, la cachemira, el tafetán o la muselina. Los puños y los cuellos móviles se mostraron voluminosos y evidenciaron cierta nostalgia por el pasado histórico.
Se trata de prendas para las amantes del «lujo verdadero», según los portavoces de la firma. Lujo y no superfluidad o prendas innecesariamente ostentosas. Sofisticación ante todo. El objetivo es vestir con estilo, no de llevar millones de dólares en los bajos de la falda.