Y finalmente llegó. La boda del año está entre nosotros y como no podía ser de otra manera, el lujo y el buen gusto se dieron cita en el evento más visto por mundo entero. Hoy en GuíaSibarita os informamos acerca de los detalles que más os importan con respecto a este glamuroso enlace, como por ejemplo el gran vestido de novia, que resume la belleza y el estilo de Catherine Middleton.
Todos querían saber cómo sería y de qué forma nos iba a sorprender, y lo cierto es que se guardó como un gran secreto, ya que ni un detalle se conoció hasta el día de hoy. Varias fueron las firmas que se disputaron el lujo de vestir a la princesa hasta que finalmente la privilegiada fue Alexander McQueen, en manos de Sarah Burton.
El blanco no fue precisamente el color que más se lució en esta ocasión, ya que el color marfil fue el destacado. Ambos colores satinados que engalanan un diseño de encaje francés de manga larga. Este encaje, tiene la particularidad de haber sido realizado totalmente a mano por la Real Escuela de Costura. En dicha escuela también se confeccionó el tul, un tul suave con recorte de flores bordadas también a mano; como vemos, lo artesanal y el lujo también pueden ir de la mano.
Cabe destacar la larga falda con una cola de tres metros de largo, voluminosa y con delicados apliques en flores de seda color marfil. Esta fastuosa cola luce un acabado en gaza junto con botones forrados de organza, que le daban el toque de delicadeza y personalidad que los vestido de las princesas nos tienen acostumbrados. También se destaca el corpiño, que ha sido perfectamente pensado en su diseño, siendo muy estrecho en la cintura y acolchado en las caderas.
Pero las curiosidades no quedaron fuera de este momento tan importante en la vida de Catherine, y es que las cuatro flores más emblemáticas de Reino Unido estuvieron presentes en su propio vestido, acompañándola como símbolo de su propio país: tanto el trébol, el narciso, el nardo y la rosa, fueron parte del diseño del vestido.
Finalmente, un detalle no menor pero que puede pasar desapercibido por lo llamativo del vestido, son los zapatos. Los mismos fueron hechos, tal como el encaje, totalmente a mano y estuvieron a cargo de Alexander McQueen.
Nuevamente, el mundo entero deposita sus ojos en la realeza, un una boda lujosa como sólo los príncipes y princesas nos tienen acostumbrados. Una vez más, el lujo fue de la mano del evento más importante del año.