Últimamente hemos estado viendo cualquier cantidad de productos forrados con cristales de Swarovski: complementos de sonido, automóviles a escala y envases de perfume sólo por citar algunos ejemplos (todos ellos de mal gusto, por cierto). Son costosos, muy brillantes y a veces muy sobrados en brillos y colores.
Pero no siempre pasa lo mismo con Swarovski. La fama de la marca se debe a que sus cristales son los más finos del mundo. Otra cosa es que ciertos diseñadores tengan fijación con ellos y en su afán por colocarlos en todos lados rayen en la vulgaridad.
Todas las colecciones originalmente diseñadas por Swarovski se encuentran en un solo lugar. Hablo de una tienda llamada Mundo de Cristal de Swarovski, ubicada en la región del Tirol de Austria y catalogada como la más grande de todo el mundo.
Esta tienda fue creada en 1995 no sólo para ofrecer los famosos cristales, sino también para significar una experiencia de diseño y entretenimiento para sus visitantes. Aunque no se tengan intenciones de comprar, el acceso cuesta 9.50 euros.
En el interior es posible encontrar un salón VIP, espacios destinados a acontecimientos culturales y exposiciones, una zona infantil, una cafetería de diseño y, obviamente, una sección dedicada a los productos de la compañía. Un lugar que bien valdría la pena visitar.