Hermes ya nos tiene acostumbrados a sus exquisitos diseños en lo tocante a relojes de pulsera. Esta vez quiero enseñarles algo que, siendo un reloj, se sale de la línea. Se trata de un reloj de mesa (que puedes situar en un buró, en un estante de la sala o incluso en una mesa de centro), confeccionado artesanalmente en piel de cocodrilo.
Su hechura se compone por varias capas de la piel más fina. Los bordes están cosidos y ribeteados con hilo de lino blanco, mientras que los números de la carátula son sustituidos por indicadores simples, en color negro. Está inspirado en la estética de los treinta y tanto manecillas como indicadores son de níquel.
Con medidas de 175 mm de alto por 150 mm de ancho y un grosor de 37mm, tiene un tamaño muy conveniente para los distintos espacios de la casa y, sobre todo, puede combinar con distintos tipos de decoración. Por lo general me inclino por las piezas versátiles, aquéllas que, incluso cuando cambiamos el estilo del hogar, tienen vigencia en distintos tipos de atmósferas.
Para ser franca, no soy fanática del color rojo. No es que me desagrade, sino que no me gusta en todos los espacios y ocasiones. Sin embargo, el color rojo de este reloj sí me atrae.
Vía: Lujazos