Los aparatos relacionados con la tecnología del sonido implican, para sus seguidores más acérrimos, una experiencia que va más allá del audio. Yo soy incapaz de reconocer la estética especial de cualquier gadget que sobrepase el concepto de un iPod (al que profeso una devoción completa), pero estoy segura de que habrá quien encuentre absoluta belleza en un juego de bocinas o en un home theatre.
Las bocinas Art Opera son un ejemplo de lo que digo. Estos dispositivos de audio pertenecen a la colección de David Wiener y van dirigidas a un público audiófilo y limitado, amante de los detalles y el diseño. Baste con decir, en este sentido, que es Ferrari la casa responsable de su fabricación, si es que se puede usar ese verbo en el caso de objetos tan minuciosamente elaborados.
Su acabado está realizado a mano, en aluminio abrillantado, y ofrecen no sólo estética sino durabilidad. Están equipadas con un cable de cobre que garantiza la pureza del sonido. Con un sistema de bajos de dos vías, la idea es que las bocinas ofrezcan la mayor poetencia y fidelidad en un «contenedor» contemporáneo, agradable a la vista y hasta cierto punto compacto, tomando en cuenta su funcionamiento. Su precio es de 39 mil dólares.