Esta mansión, que actualmente pertenece a la inmobiliaria Kuhn & Partner y a un socio particular, se llama Cielo de Bon Aire porque ocupa un lugar cercano al cielo. Se encuentra a unos 130 metros de altura sobre el mar Mediterráneo, en Mallorca, con vista panorámica a las bahías de Alcudia y Pollença.
Con un terreno de catorce mil metros cuadrados y una superficie constuida de más o menos tres mil quinientos metros, está rodeada por un magnífico entorno natural. Así, para entrar a Cielo de Bon Aire no es posible valerse de un automóvil. Es preciso llegar en helicóptero, por lo que la mansión tiene una amplia plataforma está dispuesta para recibir estos vehículos. Una vez que los pasajeros han descendido, es posible entrar a la casa, a través de un salón de estilo clásico.
Estando adentro se puede disfrutar del lujo, el interiorismo y la arquitectura de una vivienda exclusiva, siempre sin sentirse apartado de la naturaleza, pues sus amplios ventanales ofrecen una vista inmejorable del mar y la sierra de Tramontana.
Los tres pisos de la casa quedan comunicados mediante un ascensor. En la planta alta se encuentran las habitaciones principales, mientras que en la baja hay un spa, una alberca, una tina de hidromasaje y un baño turco.