Algunas marcas de lujo están batallando contra la recesión económica en todo el mundo. En Japón, por ejemplo, algunas de ellas viven un momento crítico. La muñecas tradicionales japonesas Hina, en cambio, han sobrevivido con la frente en alto a este periodo de problemas financieros.
Cada una de estas muñecas típicas puede costar entre dos mil y cincuenta mil dólares. El precio es excesivo ya de por sí, pero toma dimensiones estratosféricas si consideramos que los padres japoneses suelen comprarlas para sus hijas, a manera de juguete.
Seguramente estamos hablando de los padres pudientes. ¿A cuántos de ustedes les compraban juguetes de miles de dólares? A mí no. A mí, cuando querían consentirme, me compraban Barbies y accesorios afines que, les aseguro, no rayaban ni en sueños en los costos mencionados.
Cada año, el 3 de marzo, Japón celebra el Doll Festival (festival de la muñeca), durante el cual las niñas exhiben sus muñecas Hina, generalmente vestidas don galas típicas y acompañadas de muebles en miniatura.
De acuerdo con la Japan Dolls Association, el monto no oficial de ganancias relacionadas con estas muñecas asciende a los 590 millones de dólares al año. Una tienda japonesa de tradición ancestral asegura que este año vendió una de estas muñecas por más de cincuenta mil dólares. En serio, me quedo con la boca abierta. Qué dineral.