En épocas victorianas era muy común preguntar por el juego a elegir después de la cena o la comida. La tradición, de hecho, no se ha perdido. ¿Cuántos de nosotros no elegimos un divertimento conjunto en lugar de la sobremesa? En ese sentido, esta mesa engloba tradición, vigencia y diseño.
En eso debe haber pensado el diseñador de Shangai (establecido en Singapur) de nombre Hunn Wai, responsable de este objeto. Lo interesante en él es que mantiene una estética bastante clásica, tal vez porque el juego de ping pong engloba hábitos que no son nuevos. Lo transgresor consiste en haber reunido una mesa de comedor y una mesa para el juego en una misma pieza.
La mesa fue creada para la marca de concepto Mein, inspirada en los estilos de vida aristocráticos. Los materiales son finos y, sobre todo, costosos. Baste con decirles que esos adornos brillantes que ven en los extremos no son otra cosa que oro puro. Y, para agregar un poco de barroquismo a la propuesta, forman grecas rococó al rededor del rectángulo.
La red, hecha de pétalos, puede deslizarse cuando no se está usando. O bien, mantenerse sobre la mesa para hacer las veces de un poco convencional adorno.