Giancarlo Zema es un arquitecto y diseñador italiano que promete experiencias flotantes en viviendas ecológicas de estética orgánica (cuántas esdrújulas). Su estudio, conocido por las siglas GZDG (Giancarlo Zema Design Group), fundado en 2001, está ubicado en Roma y se especializa en estructuras semi-sumergidas. Giancarlo se interesa también en otros campos del diseño, por lo que es conocido también por la creación de algunos yates. Seguramente las embarcaciones y las casas a las que apuesta tienen varios puntos de convergencia.
Entre los ambiciosos e innovadores proyectos de Giancarlo se encuentra el Amphibious 1000, el primer hotel de lujo semi-sumergido con suites flotantes y con vistas submarinas. Jellyfish es otra de sus ideas: una casa de diez metros de alto por quince de diámetro, compuesta por cinco plantas, conectadas entre sí por una escalera de caracol.
Esta vivienda tiene cocina y baños, un dormitorio, un estudio y una habitación para huéspedes. El nivel inferior, a tres metros bajo el agua, alberga un recinto subacuático para observar peces y otros animales marinos en su hábitat. Una experiencia similar a la que se vive en un acuario, pero con mucha más comodidad, con diseño y decoración exclusivas.
La casa cuesta dos y medio millones de dólares, lo que equivaldría a 1.76 millones de euros. Pero lo que más curiosidad me da no es el precio, sino qué tan pertinente sea vivir en una construcción semejante. Tal vez su utilidad quede reservada al descanso ocasional.
Vía: lujo y más
que paveo esta criminal como lo harian mi mayor sueño es hir al centro comercial bajo el agua y el hotel bajo el agua