No es un Ferrari, es un piano

Esta pieza oscila entre la estética automotriz y el vanguardista diseño de algunos instrumentos musicales. Con una forma curva y estilizada, el Pegasus Guoqin fue descubierto en una tienda de música de Pequín. Está deliberadamente inspirado en los autos Ferrari y se encuentra a la venta por más de 410 mil dólares. El precio es elevado, pero, ¿cuánto menos podría pagarse por una pieza semejante?

En lo personal, me decepciona un poco que se trate de un piano electrónico, sin embargo el tipo de sonidos que habrán de desprenderse de él concuerdan de maravilla con el diseño. Cuenta con un sistema digital computarizado para afinar sus notas.

Este piano se me antoja para el estudio de esos músicos medio estrafalarios, como Elton John o Liberace, cuyas colecciones son y fueron amplias y diversas. Por otro lado, encontrar una pieza como el Pegasus Guoqin en un hotel de lujo, con diseño ultra-contemporáneo, debe ser sorprendente.

Imagínense una sesión de música lounge, en un bar sofisticado, con decoración entre retro y minimalista, con tonos grises, blancos y negros, y con este piano en medio del salón. Su brillante rojo sería el centro de todas las miradas. Para tocarlo, una rubia pianista enfundada en un breve vestido de Alexander McQueen.